Las imágenes son unos de los elementos que más "pesan", es decir que más espacio de memoria ocupan, y por tanto que más pueden retrasar la carga de tu página web. Para minimizar este tiempo de carga se hacen fundamentalmente dos cosas: ajustar sus dimensiones a las necesarias para la página y comprimirlas utilizando el formato JPG.
Por ejemplo, la imagen original de 1000 x 625 px pesa 543 KB. Si ajustamos su tamaño al de visualización (250 x 156 px) reduciremos su peso a 37 KB. Si además la comprimimos un 20 %, su peso final será de sólo 10 KB. Como puede verse el resultado final es el mismo; en la pantalla del ordenador las tres imágenes se ven igual, pero la tercera se carga en menos tiempo.
Para ajustar dimensiones y comprimir hay muchas opciones, desde programas comerciales como Adobe Photoshop o Corel PhotoPaint a soluciones gratuitas en línea como reduceimages o jpeg-optimizer.